Estamos a inicios de un nuevo año y eso marca un momento en nuestras vidas, donde dedicamos una parte de nuestro tiempo a planificar lo que deseamos en los próximos doce meses, pero esos planes que nos trazamos necesitan de un ingrediente fundamental para tener éxito, el seguimiento.
Es fácil empezar cualquier plan, pero en el seguimiento para comprobar si se ha realizado lo planeado y tomar las acciones necesarias, en el seguimiento para mantener los cambios o nuevos hábitos que se hayan implantado, es donde se separan las personas que lo logran de aquellas que son mediocremente del montón.
Recordemos el adagio popular “Hay gente que siempre será del montón porque nunca terminan lo que empiezan”
Muchos planes se pierden en la presión y en la rutina diaria que impide que actividades se ejecuten y que los cambios se hagan permanentes y hace que vuelvan los viejos hábitos.
Es muy común escuchar:
- No tengo tiempo
- Hay cosas más importantes
- Me olvidé
- Lo voy a empezar el próximo mes.. el próximo año
Cómo podemos alcanzar el futuro que deseamos si no le dedicamos el tiempo y el esfuerzo adicional que se requiere?.
Siempre habrá cosas que hacer pero si no persistimos y le dedicamos tiempo para dar el seguimiento a las actividades que nos hemos propuesto no podrán existir sino resultados negativos, o las fuerzas de nuestro entorno serán las que deciden lo que alcanzamos en nuestra vida. Es fácil iniciar algo nuevo, pero mantenerlo y hacerlo permanente requiere de mucha disciplina.
Para lograr cumplir un objetivo o implementar un cambio es necesario un seguimiento permanente, para ello debe tenerse un sistema y ceñirse al mismo con disciplina. Este seguimiento implica una voluntad férrea y una convicción de que lo que nos hemos planteado es realmente importante, sin esa convicción que venga de adentro lo más seguro es que abandonemos cualquier esfuerzo.
Revisemos todo lo que hemos iniciado y no le hemos dado un fin, y pensemos toda la pérdida de tiempo y recursos que eso representa, muchas veces es más difícil volver a reintentar luego de que hemos dejado que el tiempo y la rutina detengan nuestros pasos hacia lo que nos habíamos trazado.
El seguimiento y la revisión periódica de nuestros objetivos permiten siempre estar alineados en la dirección correcta e impiden que exista el estancamiento que inevitablemente nos llevará a la mediocridad y al retraso.
Finalmente recordemos que los resultados que obtendremos serán directamente proporcionales a nuestras acciones.
Un excelente año para todos mis amigos y que demos seguimiento a todo lo que emprendamos.
César Díaz
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