Cuando la política interfiere en la calidad
En mi experiencia, comprendí con claridad que la infraestructura de la calidad puede ser muy frágil si depende del vaivén político. En Ecuador, llegamos a tener un exceso de regulaciones técnicas que en vez de fortalecer al sistema lo debilitaban: perjudicaban a las organizaciones serias, alentaban el contrabando y facilitaban la entrada de productos sin control. Este es un ejemplo de cómo la verdad intersubjetiva (el consenso normativo) se puede distorsionar cuando se rompe el vínculo con los valores.
El valor de las buenas prácticas regulatorias
En contraste, hubo un momento clave cuando se decidió construir los reglamentos técnicos bajo buenas prácticas regulatorias, aplicando análisis de impacto regulatorio (AIR). Esa decisión dio coherencia al sistema, generó confianza en los socios comerciales y facilitó acceso a mercados internacionales. Pero esa confianza solo se mantiene cuando la coherencia técnica es protegida de presiones políticas. Ahí se cruzan las tres verdades:
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Lo objetivo, porque los ensayos y análisis sostienen la norma.
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Lo subjetivo, porque el consumidor percibe seguridad al confiar en que la regulación es seria.
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Lo intersubjetivo, porque el acuerdo regional o internacional respalda y legitima la regla.
Responsabilidad ética en la cadena
Aquí entra un punto decisivo: la responsabilidad ética de los organismos de evaluación de la conformidad. No se trata solo de cumplir un procedimiento; se trata de ejercer un control real y no permitir prácticas poco éticas en ningún eslabón de la cadena. La ISO/IEC 17050 puede ser una herramienta útil para dar confianza a las autodeclaraciones, pero solo funciona si hay ética y mecanismos eficaces de control posterior.
Un mensaje hacia el futuro
Mirando hacia adelante, creo que el gran reto es concluir de verdad el proceso de mejora regulatoria: asegurar que todos los reglamentos estén bien estructurados, que no se conviertan en trabas innecesarias y que realmente faciliten el comercio justo y seguro. La evaluación de la conformidad debe ser una palanca de integración mundial, no un obstáculo.
La enseñanza es clara: las normas y reglamentos necesitan infraestructura, los mecanismos técnicos requieren articulación internacional, y todo ello solo se sostiene si hay valores éticos firmes. Si cualquiera de estos elementos falta, el sistema se desmorona. Si todos conviven, generan confianza, competitividad y desarrollo sostenible.
César Díaz
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