En su publicación del mes de febrero Paul Borawski nos decía que es tiempo de reflexionar, pero fundamentalmente de actuar, que la verdadera prueba es poner todos nuestros planes en ejecución.
Paul nos indicaba que es fundamental que la Comunidad de la ASQ entienda y acepte el reto de "levantar la voz de calidad.” Ahora, el verdadero reto, como en todos los objetivos que nos proponemos en la vida es la ACCION.
Otro de los puntos de esta gestión que Paul nos hacía ver es que debe ser ejecutada de manera sistémica por todos los actores y a todos los niveles de la organización para obtener resultados y se deben iniciar las acciones desde la alta gerencia.
En el objetivo de la ASQ de “levantar la voz de la calidad”, y transformar en la VOZ GLOBAL DE LA CALIDAD, Paul nos está dando el ejemplo y liderando las acciones que ejecutemos con ese fin, pero necesitamos que todos los actores y en todos los niveles de la Comunidad de Calidad nos movamos en esa dirección.
La vida solo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero solo puede ser vivida mirando hacia adelante.
Para nuestra comunidad implica que debemos aprender de las lecciones del pasado, pero ejecutar muchas acciones que nos proyecten al futuro de mirar a la ASQ como el referente mundial de Calidad y con presencia fuerte en todo el mundo y especialmente en Latinoamérica.
La regla fundamental para tener éxito en cualquier plan que emprendamos es la acción, jamás ha existido un plan por muy exactos que hayan sido los detalles, que por sí solo lograra el cumplimiento de los objetivos.
Solo la acción es la fuerza que enciende el plan y lo convierte en una fuerza viviente que moldea el futuro. La acción es el alimento que transforma nuestra visión en realidad.
Solo la acción coordinada de todos los integrantes de la ASQ logrará “levantar la voz de la calidad”, y para ello necesitamos que los objetivos personales y profesionales de cada miembro se encuentren en perfecta armonía con este esfuerzo.
La demora que retrasa nuestras acciones es fruto de la duda, por ello debemos actuar sin vacilación, no hay que eludir las tareas ni postergarlas para mañana, ya que de esa manera el mañana nunca llega. Debemos establecer marcas en el camino que nos permitan saber si vamos en la dirección correcta y/o si debemos mover las velas para llegar a nuestros objetivos.
Solo la acción determina el valor de nuestros planes, y para multiplicar su valor debemos multiplicar nuestra acción.
Por ello debemos actuar en nuestro círculo de influencia comprometiendo a más personas en difundir la filosofía y metodología de la calidad, debemos llevar un mensaje desde la alta dirección a todos los niveles, y sobre todo lograr el compromiso de más actores en este proceso.
Las preguntas que me quedan en mente son:
Mis objetivos personales tienen como uno de sus eje fundamentales el levantar la voz de la calidad?
Estoy tomando acciones diarias y planificadas con ese propósito e involucrando a más actores y en todos los contextos de las diferentes organizaciones y profesiones?
Estoy ampliando mi círculo de influencia para multiplicar mis acciones?
Una reflexión final, sabemos que problemas complejos no pueden ser resueltos con herramientas simples, pero si ese gran problema lo “dividimos en muchas partes”, muchas de esta partes pequeñas se podrán resolver con herramientas simples, y de esa manera estaremos avanzando hacia el logro de nuestros objetivos.
César Díaz
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