Señor, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo y sabiduría para poder diferenciarlas….
Quería empezar con esa cita, ya que la prevención de desastres implica que debemos reconocer nuestra impotencia frente a la fuerza de la naturaleza. Podemos ser la nación más preparada del mundo y aun así todos los esfuerzos que hagamos para prevenir los efectos de los desastres son mínimos frente a la fuerza de la naturaleza.
Pediría en primer lugar que todos las personas y países del mundo hagamos una oración colectiva y apoyemos a la medida de nuestros recursos a esa gran nación que es Japón, ellos resurgirán y demostrarán al mundo su grandeza, pero en el camino nos están dejando muchas lecciones que debemos aprender.
La gestión de desastres es el conjunto de decisiones político-administrativas y de intervenciones operativas que se llevan a cabo en las diferentes etapas de un desastre de cara tanto a la anticipación como a la respuesta del mismo.
Los niveles de intervención cubren las etapas anteriores, durante y posteriores al desastre y según varios autores podríamos dividirlas en:
a) Prevención, actividades que se toman para proporcionar una protección permanente ante los desastres, impidiendo la aparición de una catástrofe desencadenante y/o reduciendo su intensidad a fin de evitar que cause daños y víctimas.
b) Preparación ante desastres, que es la creación de diversos mecanismos que permitan tanto la predicción de los desastres como una respuesta rápida y efectiva cuando éstos se desencadenan, de forma que se puedan minimizar sus daños humanos y materiales, facilitando además las posteriores intervenciones de rehabilitación. Entre ellos figuran los sistemas de alerta temprana, los planes de contingencia o los mapas de vulnerabilidad.
c) Mitigación, que consiste en las medidas que se ejecutan cuando comienza a gestarse un desastre concreto, para aminorar su impacto.
d) Ayuda de emergencia, que son medidas excepcionales para buscar y rescatar a los supervivientes y satisfacer sus necesidades básicas (abrigo, agua, alimentos y cuidados médicos). Se llevan a cabo en la fase de emergencia, es decir, en el período inmediatamente posterior a un desastre repentino (por ejemplo terremoto), o bien en la última y más grave etapa de un desastre de gestación lenta (como una sequía), cuando las capacidades de la población se ven más desbordadas y las vidas están más amenazadas.
e) Rehabilitación, está conformada por las actuaciones y decisiones tomadas tras el desastre, de cara a la recuperación de las condiciones de vida de la población, con actuaciones en numerosos frentes (económico, social, institucional, etc.), al tiempo que se facilitan los ajustes necesarios a los cambios producidos por un desastre y se sientan las bases para el desarrollo futuro.
f) Reconstrucción, son las acciones tomadas para restablecer plenamente una comunidad tras un período de rehabilitación posterior a un desastre.
La principal responsabilidad de la gestión de los desastres en un país, incluidos los países pobres más propensos a sufrirlos, corresponde a los propios gobiernos nacionales y en última instancia a los gobiernos locales (municipios), pero en los países en desarrollo se suele afrontar con una escasez de medios materiales y técnicos que les hace necesitar en buena medida de la cooperación internacional.
La gestión de desastres exige el uso de criterios específicos y de técnicas elaboradas, que varían en función del tipo de crisis y del campo de intervención y cuya diversidad y complejidad hace muy importante el uso de herramientas de calidad para su análisis y minimización de impacto, así como la participación de profesionales que manejen estas herramientas.
Es muy importante hacer un análisis de datos, y saber buscar la información adecuada que permita la mejor intervención en cada etapa del desastre, aprender a hacer análisis Causa Efecto y estudiar todos los factores que intervienen en un desastre, el uso de las 5M será muy útil (Materiales, Mano de Obra, Métodos, Maquinaria, Medio Ambiente), analizar los desastres como un proceso con todos los factores involucrados. Usar el ciclo PHVA (Planear, Hacer, Verificar, Actuar) en cada fase priorizando el salvar las vidas. Aprender de lo ocurrido y tomar acciones a futuro para minimizar impactos, a través de grupos de trabajo. Hacer diagramas de Pareto de los principales riesgos por cada país y por cada zona y tomar acciones de acuerdo a su probabilidad de ocurrencia.
Recordemos que siempre puede pasar lo inesperado y que ahora en el mundo todo se encuentra relacionado, y lo que ocurre en un lugar distante del mundo puede implicar consecuencias muy graves en otro, que es lo que se ha visto en la cadena de logística.
¿Cómo podemos trabajar para reducir la destrucción de los desastres naturales? ¿Cómo prepararse y planear para los desastres naturales? ¿Cómo podemos reducir el riesgo?
Esas preguntas implican buscar información y tomar medidas preventivas de acuerdo a nuestra disponibilidad de recursos y aprender de lo que ha ocurrido en otros lugares. En Ecuador y Latinoamérica hay mucho por hacer y necesitamos definitivamente mejorar nuestros planes de intervención .
¿Cómo podemos ayudar a acelerar los esfuerzos de recuperación, difusión y los servicios sociales? ¿Cuáles son las lecciones de la eficiencia y la mejora que se puede aplicar?
Los recursos siempre son escasos y el mejor uso de los mismos es fundamental, entender la necesidad de aplicar adecuadamente las herramientas de calidad en cada etapa nos ayudará a minimizar los impactos.
Finalmente siempre recordemos que el ser humano siempre será pequeño ante la fuerza de la naturaleza.
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